PALABRAS EN LA NEVERA
Quiero desayunar con ellas. Que me acompañen en el almuerzo. En la cena. Quiero devorarlas como si fueran parte, el todo, de mis dietas. Quiero palabras, como amanecer. Y que más que un nacer el sol, sea un zumo de naranja derramado sobre el océano. Que las sombras de la mañana sean el cacao humeando; que el día huela a pan recién horneado. Que todo se reduzca a un bocadillo con sujeto, verbo y predicado. Pan con chocolate, aceite y sal, como el de aquellos patios de canicas, cromos y alguna gamberrada. Sinónimo de trastada.
Quiero que la despensa se llene de palabras como luna. O mejor, lunas. Nuevas, menguantes, crecientes... Quiero, con su luz, llenar las copas de destellos. Y, como si fuera Guillermo Cruz -cuenta-vinos que descorcha relatos con taninos- hacer de cada sorbo un cuento. Y de cada cuento, una historia con solera en la que repose la memoria. Esa que repta por las bodegas de la vida impregnando de recuerdos toneles y botellas.
Quiero que juntos las descorchemos y que …
Quiero que la despensa se llene de palabras como luna. O mejor, lunas. Nuevas, menguantes, crecientes... Quiero, con su luz, llenar las copas de destellos. Y, como si fuera Guillermo Cruz -cuenta-vinos que descorcha relatos con taninos- hacer de cada sorbo un cuento. Y de cada cuento, una historia con solera en la que repose la memoria. Esa que repta por las bodegas de la vida impregnando de recuerdos toneles y botellas.
Quiero que juntos las descorchemos y que …